domingo, 6 de noviembre de 2011

2ª PARTE DE MI PATCHWORK PERSONAL

Llegué a la carrera universitaria de Enfermería y como antes he dicho al no saber expresarme y querer  ocultar todo lo que me pasaba para que mi familia no sufriera, empecé mis estudios con mucho pesar pero dándome ánimos a mí misma porque al haber tenido varias circunstancias y enfermedades  graves en mi vida personal y haberlas soportado ¿Por qué no iba a soportar esto?. Pero por suerte o desgracia no era consciente que todo lo que me había pasado estaba saliendo hacía mucho tiempo en mí tanto en mi físico como sobre todo psicológicamente. Así que todas las pruebas y situaciones que me encontraba, a todas le tenía que poner tanta fuerza, tanto coraje, tanto, tanto, tanto; que me olvidé de que no me quedaba mucha reservas más. Pero aún así terminé mi diplomatura en Enfermería con unas notas excelentes pero siguiendo teniendo todas mis inquietudes, sentimientos. Seguía confiando que algún día pudiera solucionarlo por mi misma, cosa que no iba a ocurrir porque exactamente todo lo contrario me pasaba porque cada vez me sentía más mal y cansada de no poder llevar una vida medianamente digna.
Decir que esto fué una etapa de mi vida dura, para que sepáis cómo he llegado a escribir el blog, después de tantos años y de cómo me gustaría trabajar pero no todo han sido espinas y he vivido también feliz, contenta y he disfrutado mucho de fiestas y relaciones personales.
Trabajé 7 años en hospitales y en urgencias atendiendo a todo tipo de situaciones agradables y desagradables al moverte de una planta a otra. En enfermería hay que tener vocación, tener cierto equilibrio. diferenciar tu sitio entre la enfermedad y tu vida personal, decirles que he conocido a grandes  personas en este ámbito que desarrollan su actividad profesional sin olvidarse de cariño, su gran conocimiento en salud, comprensión, empatía, etc; pero también decirles que otra parte del personal no se muestra así y no hay que sorprenderse ya que esto pasa en todas las profesiones y ámbitos de la vida.
Pero esto fué la gotita que colmó mi vaso, no pude combinar todos estos factores, ya que algunos los tenía. Por ejemplo, me gustaba más calmar la ansiedad de un paciente informandoles de lo que le íban hacer que de pincharle o curar su herida, hablaba con los paciente transmitiendolés consejos, prevenciones, animarles, etc.
Por mi experiencia personal sé que unos cuidados físicos, medicaciones, conocimientos  de salud, un buen profesional es una gran parte para la recuperación de una enfermedad, pero no olvidemos que debe ir acompañado de un buen ánimo, buena información, el más bajo nivel de ansiedad posible, actitud positiva, etc;  pues esto es lo que hacía yo, por lo cual siempre salía más tarde de mi trabajo y ahora lo comprendo que lo que me pasaba es que hacía dos trabajos en uno (el psicológico y el técnico).
Luché para que se valorara lo que hacía y se cambiaran algunas pautas, pero siempre las mismas excusas que no había personal, falta de tiempo,etc, que era verdad pero nunca en los 7 años observé tener  el más mínimo interés en el plano psicológico, de empatía, etc.  
Por lo cual mi cansancio aumentaba progresivamente, lo que derivó episodios de ansiedades y hablándolo con mi pareja decidimos que aunque nos faltará un sueldo, bajaríamos el nivel de nuestra vida pero apostamos por una buena calidad de vida familiar y ahora después de tantos años no nos arrepentimos de tal decisión.
Sólo me quedo que en las plantas donde he estado casi la mayoría de las veces venían a mí  las pacientes para algún problemilla, (muchas veces bajo las miradas envidiosas de mis compañeras de
turno).
Otras agradecían los consejos que les daba en estados de ánimos en las noches y mi comprensión, y muchas de ellas ya con los bebés mayores me recuerdan y agraceden mi paciencia para enseñarles dar el pecho a su recién nacido.

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