Si observas a tu hijo o hija es obvio que cuando tiene dolor emocional, éste suele venir de sus propios pensamientos y que pueden ser algunos de éstos: No me quieren. no soy buena, mamá no me quiere, necesito que me escuchen y no me regañen, etc....
Todo esto dá lugar a una muy conocida frase que todos utilizamos diariamente "Esta es la pescadilla que se muerde la cola" .
Si nos tomamos un tiempo para reflexionar sobre nuestros propios sentimientos o respiramos profundamente un pequeño rato y nos preguntamos de donde viene el origen de estos pensamientos podremos observar que en muchos casos vienen de nuestra propia ira, cansancio, preocupaciones, etc que vas delegando en tus hijos inconscientemente. Para ello os propongo diferenciar nuestras conductas hacia ellos cuando tengamos nosotros la falta de paciencia por la vida que llevamos y nuestras conductas como padres, educadores, tutores cuando los niños actúen mal.
Para ello deberemos tranquilizarnos y separar las situaciones (cosa que es difícil pero no imposible si se entrena un poco cada día). Así podremos conseguir atender a las necesidades que nos demandan y ellos no tendrán que sentir culpables de enfados nuestros que ván en ocasiones por otras vías.
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