sábado, 24 de marzo de 2012

El mal humor de los niños

Cuando el niño era bebé se depertaba com más alegría y más disposición, pero los niños crecen y los padres nos quejamos de que tienen más ratos de aburrimiento, enfados,...
Los padres que experimentan estos cambios por primera  vez no deben asustarse ya que son alteraciones que nos demuestran que el niño se está desarrollando y creciendo bien. Siempre debemos mantener la calma hasta los límites que nos sean posibles y al mismo tiempo fomentar la alegría y el autodontro. ¡Tarea difícil donde las haya!
El mal humor infantil puede tener muchas causas: frustracciones, problemas de salud,... Según  los psicólogos es muy difícil crecer, porque la etapa del desarrollo de la personalidad y la conquista de espacios de independencia son etapas difíciles de conseguir.
En primer lugar a los 2 años ya se empieza a manifestar rebeldía a través de rabietas ante el "no" impuesto por sus padres.
De 5 a 7 años se le suele llamar "Mudanza de comportamiento"  o "Adolescencia de la primera infancia", porque existen alteraciones físicas, psíquicas y sociales típicas del crecimiento.

A partir de los 8 o 9 años de edad la rebeldía vuelve día a día en los niños. A esta edad, los niños esperan respuestas y que todos sus deseos sean atendidos enseguida. Esta postura suele durar hasta el final  de la pubertad.
¿Cómo llevar la situación?
Lo ideal es no dejar que el mal humord el niño se extienda. Habla con tu hijo, mímale y demuéstrale que tú no tienes la culpa  de lo que a él le está pasando, pero que puede contar contigo siempre que lo necesite.
Las palabras clave son: " CALMA , PACIENCIA, AUTOCONTROL" para poder educarlos y comprenderls lo mejor posible.
Los padres deben utilizar los momentos de mal humor de sus hijos y aprovecharlos enseñándoles a encontrar opciones y soluciones ante resolución de conflictos, superar y darles algunos consejos ayudados con la empatía a superar frustraciones, a controlar y conocer sus emociones, etc.. y demostrarle siempre que él no es el único que está pasando por esto que hasta nosotros sus padres lo hemos pasado.
Si el tema se nos vá de las manos con estas serie de pautas deberemos consultar a un profesional para poder descartar cualquier trastorno como ansiedades, depresiones, frustraciones,...y nunca decir esto pasará cuando sea mayor. Algunos casos sí y en otros lo que conseguimos es un mal mayor, así que sólo se pide observación por parte de los padres.
También sé que de la teoría a la práctica puede ir un mundo, pero para mí no me sirve de excusa no poner remedio, porque hay muchas fuentes de información que te pueden orientar y ayudar a cómo tratar y llevar a tu hijo.
¡Ah! y por experiencia propia nunca mirar hacia otro lado para evadirse o decir que no le pasa nada a tu hijo.





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