Pero esto no es así porque cada uno somos personas independientes con diferentes cualidades y características que gracias a ellas nos diferenciamos unos de otros. Las situaciones y peligros o angustias que hemos pasado los padres, no vá a ser la misma que las de nuestros hijos por lo cual debemos dejar que experimenten sus sensaciones en todos sus momentos.
Las intenciones de los padres no son malas, ni siquiera son conscientes pero sin darse cuenta impedimos el normal crecimiento y desarrollo del niño al no permitirles que asuma y aprenda de sus errores, equivocaciones y también aprender de sus frustraciones.
Los niños en su pequeño mundo deben afrontar pequeños retos para que desarrollen en un futuro buenas herramientas para llevar lo mejor posible los retos venideros.
Debemos enseñarle a decir que "No" cuando no quieran hacer o tomar por ejemplo, sustancias como drogas, enseñarles seguridad y consecuencias con todo lo que hacen.
Un niño si se siente comprendido y aceptado por sus padres es requisito previo para aceptarse a sí mismo y a la vez tiene un buen bienestar interior.
Los estudios más recientes revelan que la capacidad de expresar los propios sentimientos constituyen una habilidad social fundamental siempre que su ambiente familiar se lo permita, y sino nunca es tarde para encontrar la persona adecuada, momento preciso y poder expresar todo lo que se siente.
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