Para ello yo ya me estoy informando porque ya mismo me vá a pasar con mi hijita. Y buscando, buscando en internet, encontré una fórmula para decírselo y no se lo tome mal.
La pregunta sería:
- Papá, mamá quiero que me digáis la verdad, por favor ¿Los Reyes magos existen? o ¿Sóis vosotros los que ponéis los regalos y entonces me estáis engañando?
Aquí se te tiene que quedar el cuerpecito cortado sin saber reaccionar, por ello yo me preparo y lo comparto con quienes piensen como yo.
Los siguientes pasos son muy importantes y no tienen que perjudicar mucho a la ilusión de nuestros hijos e hijas.
Entonces empezaríamos así:
-Hija lo primero que vamos a hacer es sentarnos y te contaremos la verdadera historia de los Reyes Magos.
La Navidad es una época alegre, porque se produce el nacimiento del niño Jesús y todos contentos lo celebramos. Bueno, pues vamos a recordar que cuando el niño Jesús nació hace muchíiiiiiisimos años, tres reyes que venían de Oriente guiados por una estrella se acercaron al Portal para adorarle y llevarles regalos en prueba de amor y respeto al niño Jesús. ¿A qué así los vemos cuando visistamos algunos belenes e incluso nosotros los ponemos así también? ¿Verdad?
Así que al ver al niño Jesús tan contento, los tres reyes coincidieron en lo maravilloso que sería hacer felices todos los niños del mundo y hacerles llegar también sus regalos. Para los Reyes la sonrisa y la alegría de un niño deberíamos de cuidar siempre.
Pero pensándolo un rato se pusieron muy tristes porque aunque ellos eran magos, la magia ya no era tan fuerte como antes porque se habían hecho viejecitos. Así pasaron un rato hasta que se oyó la voz de Dios en el Portal diciéndoles:
-Por ser tan buenos queridos ancianos os voy a ofrecer mi ayuda. ¿qué necesitarías para realizar algo tan hermoso?
- ¡Oh Señor!- exlamó Gaspar- necesitaríamos millones y millones de pajes que pudieran realizar los regalos y llevarlos a cada casa de los niños.
Dios se quedó pensativo, veía que eso era muy difícil conseguirle les propuso la mejor idea que podía existie:
-No os preocupéis por eso, ya que os voy a proporcionar los mejores pajes que podéis tener porque ellos además de quererlos mucho, son los mejores que los conocen.
- ¿Quiénes son? - preguntó Melchor-
-Pues quiénes van a ser sus padres, pero con una condición que mientras sean pequeñitos los niños haremos que se crean que sois vosotros y que con vuestra magia llegáis a todos porque en esta edad todavía no tienen la madurez para poder entender la historia pero conforme le llegue su madurez le podremos ir diciendo la verdad siempre atendiendo a sus años.
-¡Ah!, se me olvidaba otra cosa.
-¿Cuál?- preguntó curioso Baltasar.
- Que debemos resaltar cuando contemos la historia que no se lo digan a los más pequeños como hermanos, primos, vecinos... porque no lo entenderían al ser menores y se pondrían muy tristes, así que deben dejarlos que al igual que tú lleguen a la madurez y lo pregunten como tú lo has hecho hoy.
Yo opino que cuando lo pregunten, nunca hay que negarles la verdad ya que sino en su entorno, con sus amigos y compañeros, ellos defenderán a capa y espada lo que le dice sus padres que son a los que más admiran, así que puede sufrir burlas y más frustración porque tarde o temprano se dará cuenta que defendía una idea que no era verdad y puede incluso sentirse mal y traicionado por sus padres.
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